Fin de martes.
Para romper la racha de varios días de poco caminar, la mañana del feriado se festejó con una buena caminata al sol por el barrio. Ocho cuadras a la redonda sin ningún problema. A la tarde, subida a las rosas de la terraza para una sesión de peluquería botánica. Para que no se diga que acá está faltando movimiento.
La noche puso al equipo completo meta repulgue, tinto y empanadas.