lunes, 14 de diciembre de 2020

Lunes, a cuatro semanas de la primera cirugía.

Las variables clínicas se mantienen igual que estos últimos días: correctas, con la temperatura moviéndose, pero sin pasarse de lo aceptable.

El sistema VAC sigue haciendo su trabajo y el progreso de la cicatrización es muy bueno. Hace parir cada vez que se hacen ajustes, pero el chiche parece hacer muy bien lo suyo.
Se está esperando que llegue un equipo portátil, que incluso es mejor que el actual, para habilitar la posibilidad de un Alta llevando el VAC a casa.

El ánimo arrancó sin grandes perspectivas. Por la mañana, el ginecólogo cirujano tuvo una charla en privado para meter un poco de motivación. Por la tarde, yo tuve una charla de más de dos horas planteando unos cuantos asuntos para ver de mover la aguja de la reacción. En principio las señales parecen positivas, pero habrá que ver en los días que vienen. A la luz de todo lo pasado estas semanas, no festejamos nada hasta que no se cobra el gol.

Hizo excursiones fuera de la cama hasta el sillón en el día. Por la tarde, después de la charla larga, parecía haber un poco más de envión. Veremos. Día a día.

En un intento de encontrarle la vuelta al tema de la no alimentación, hoy, previa charla con el equipo médico, probamos llevarle algo preparado en casa por este servidor. Según me llegó el comentario a última hora, parece que la prueba tuvo mucho éxito. Así que lo que funciona, lo mantenemos. Moraleja: sumamos División Gastronomía al equipo. Alta cocina, por supuesto.

Veremos veremos. Avanzamos. Sin euforias, pero persistiendo.

Gracias gigantes por el apoyo y los cariños, que llegan y hacen muy bien.